El oleato de lavanda es conocido por sus propiedades calmantes, regeneradoras y equilibrantes, lo que lo convierte en un aceite ideal para distintas necesidades de la piel. Aquí te dejo tres tipos de piel donde su uso es más beneficioso, en orden de importancia:
✔ ¿Por qué? La lavanda es un potente antiinflamatorio natural que calma la piel irritada y reduce rojeces. Además, su acción antiséptica y cicatrizante ayuda a regenerar la barrera cutánea y aliviar molestias como el enrojecimiento y la tirantez.
🔹 Beneficio clave: Suaviza, calma y fortalece la piel sensible, minimizando irritaciones.
✔ ¿Por qué? La lavanda tiene propiedades antibacterianas y reguladoras del sebo, lo que la hace ideal para pieles con tendencia a imperfecciones. Ayuda a desinflamar los granitos, acelera la regeneración de la piel y previene nuevas erupciones sin resecar.
🔹 Beneficio clave: Controla los brotes, reduce la inflamación y promueve una piel más uniforme.
✔ ¿Por qué? Su alto contenido en antioxidantes protege contra los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro. Además, estimula la regeneración celular, favoreciendo una piel más firme y luminosa.
🔹 Beneficio clave: Favorece la elasticidad, la regeneración y aporta luminosidad.
💡 ¿Cómo usarlo?
🌙 En la noche: Aplicar unas gotas después de la limpieza para calmar la piel y regenerarla mientras duermes.
🌞 Durante el día: Se puede mezclar con un sérum o crema hidratante para potenciar sus efectos sin alterar la protección solar.
Disponible en formato 60 ml con rociador
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